miércoles, 20 de mayo de 2015

TRES ISLAS ORIGINALES

En nuestro amado planeta siempre hay cosas que asombran para seguir conociéndolo, como estas tres pequeñas islas que les presento.

En la prefectura japonesa de Miyagi, frente a la Península de Oshika, se halla una pequeña isla llamada Tashirojima. Un pedacito de tierra en medio de la inmensidad del Océano Pacífico que permanecería en el más absoluto de los olvidos para la opinión pública occidental de no ser por un hecho tan inusual como llamativo: está habitada por más gatos que personas.


 Tashirojima : la isla de los gatos
Tashirojima es una pequeña isla que pertenece a la ciudad de Ishinomaki en la Prefectura de Miyagi. Actualmente es conocida como “la isla de los gatos” porque existen más gatos que residentes humanos. Pero la mayoría se refiere a ella como Cat Heaven Island (algo así como la “isla cielo de los gatos”).
Los cien habitantes de la isla de Tashirojima rinden un particular culto a los miles de felinos de la isla, que son tratados como dioses. Todos creen firmemente que dar de comer a los gatos trae buena suerte, salud y riqueza. Es por ello que Los habitantes de Tashirojima dedican su vida a alimentar a los gatos y velar por su comodidad, a la vez que vigilan que ningún turista o pescador que se aproxime a la isla traiga un perro consigo. Su fascinación por estos animales es tan grande que los consideran una especie de dioses. Por ello, han construido un santuario para rendirles culto, cuya fachada imita la figura de un gato.










Los gatos fueron introducidos en Tashirojima (prefectura de Miyagi) por primera vez con el propósito de controlar a la población de ratones, que se había convertido en una peste para las granjas de gusanos de seda locales. Cuando esa industria —y los humanos— abandonaron la isla, quienes se quedaron fueron los gatos.
A partir de 1603, durante el periodo Edo —o Tokugawa, por el shogun que gobernaba en la época—, se popularizó allí la pesca en red. Los pescadores llegaban a la isla desde otros lugares y permanecían en Tashirojima para pasar la noche. Y los gatos, que ya se habían multiplicado en número, se metían en las posadas para pedirles comida.
Con el tiempo, los hombres comenzaron a observar a los gatos, interpretando su comportamiento como predicciones sobre patrones de la pesca y el clima. Se dice que, luego de la muerte de uno de los felinos por una roca desprendida, los pescadores erigieron un santuario, que actualmente sigue en pie entre los dos poblados que conforman la isla, Oodomari y Nitoda.
Hoy, el poblado se ha convertido en una popular atracción turística y subsiste con esfuerzo, como desde hace muchos años, gracias a esa pequeña industria y la pesca de ostras.
Sus habitantes aún creen que los gatos traen buena fortuna, de forma similar a lo que sucede con la figura del maneki-neko —o “gato de la suerte”— japonés.

En verdad que mi capacidad de asombro no tiene fin, ¿y la de ustedes?
Pero continúo trayendo otra
Okunoshima




Okunoshima es una pequeña isla de Japón, situada en el Mar Interior de Seto, ciudad de Takehara, Prefectura de Hiroshima. Es accesible mediante transbordador desde Tadanoumi y Omishima. En la isla hay espacios para acampar, senderos para caminar y lugares de interés histórico. A menudo es llamada "Usaji Jima" (Isla Conejo) debido a los numerosos conejos silvestres que deambulan por la isla, los cuales son bastantes mansos y se acercan a los humanos.
Okunoshima jugó un papel importante durante la Segunda Guerra Mundial, ya que en la isla se fabricó el gas venenoso que los japoneses emplearon como arma química en China.





Historia

La isla era un área cultivada hasta la Guerra Ruso-Japonesa, cuando diez fuertes fueron construidos para protegerla. Tres familias de pescadores vivían en la isla.
En 1925, el Instituto de Ciencia y Tecnología del Ejército Imperial Japonés, dio inicio a un programa secreto para desarrollar armas químicas, basándose en una amplia investigación que determinó que se estaban produciendo armas químicas a lo largo de los Estados Unidos y Europa. Japón era uno de los firmantes del Protocolo de Ginebra de 1925, el cual prohibía la guerra con armas químicas. Aunque el desarrollo y almacenamiento de tales armas no estaba prohibido, el país se esforzó mucho para mantener en secreto la construcción de la planta de municiones químicas que comenzó a operar en 1929, llegando al extremo de borrar el registro de la isla de algunos mapas. La planta fue construida de 1927 a 1929, y dio alojamiento a una fábrica que produjo más de seis kilotones de gas mostaza y gas lacrimógeno.

Vista de la isla desde Kurotakiyama
La isla fue seleccionada por estar aislada, propicia para la seguridad, y porque estaba lo suficientemente alejada de Tokio y otras áreas en caso de un desastre. Bajo la jurisdicción de la milicia japonesa, el procesador para la preservación de los peces locales fue convertido en un reactor de gas tóxico. A los residentes y empleados potenciales no se les dijo qué es lo que fabricaba la planta y todo se mantuvo en secreto; las condiciones de trabajo eran duras y muchos sufrieron enfermedades relacionadas a la exposición de material tóxico.
Con el fin de la guerra, los documentos relativos a la planta fueron quemados, y las Fuerzas de Ocupación Aliadas se deshicieron del gas ya sea vertiéndolo, quemándolo o enterrándolo, y a la gente se le dijo que se mantuviera callada respecto al proyecto. Varias décadas después, las víctimas de la planta recibieron ayuda gubernamental para su tratamiento, y en 1988 fue inaugurado el Museo del Gas Venenoso de Okunoshima.



Isla Navidad





El Territorio de la Isla de Navidad (en inglésTerritory of Christmas Island), es un territorio sin autogobierno deAustralia en el océano Índico, a 2.360 km al noroeste de Perth, en el estado de Australia Occidental, a 360 km al sur de Yakarta, la capital de Indonesia y a 975 km de las Islas Cocos. En la isla viven unas 1.500 personas, divididas en poblados en el extremo septentrional de la misma. Los asentamientos se llaman: Silver City, Kampong, Poon Saan y Drumsite. Abarca un área emergida de 135 km² siendo su capital administrativa la localidad llamada Flying Fish Cove «(The Settlement)» (La Colonia).
El aislamiento geográfico de la isla y una muy escasa perturbación humana han permitido el desarrollo y perduración hasta nuestros días de altos niveles de endemia en su flora y fauna, lo cual es de especial interés de científicos y naturalistas.
El fosfato originalmente depositado mediante la acumulación de organismos marinos muertos (no guano como a menudo se piensa), fue extraído de la isla durante muchos años. El 63% de su superficie es Parque Nacional.

Etimología

El nombre de la isla le fue dado por el capitán británico William Mynors, quien a bordo del Royal Mary llegó a la isla en 1643, el 25 de diciembre, el día de Navidad (en inglés Christmas Island).

Historia

Visitadas por los navegantes malayos desde tiempos remotos, los navegantes ingleses y neerlandeses la incluyeron en sus mapas a comienzos del siglo XVII, y el Capitán William Mynors de la East India Ship Company, al mando de laRoyal Mary, llegó el día de navidad de 1643, de ahí el nombre de Christmas Island. Pese a que se realizaron varias visitas posteriormente, el primer intento de explorarla fue en 1857 por la tripulación de la HMS Amethyst. Ellos trataron de llegar a la cima de la isla, pero se encontraron acantilados intransitables.
Durante el periodo 1872-76 el naturalista John Murray realizó revisiones extensas.
En 1887, el Capitán Maclear del HMS 'Flying Fish, habiendo descubierto un fondeadero en una bahía al que llamó Flying Fish Cove, hizo una pequeña pero interesante colección de la flora y la fauna. El año siguiente, Pelham Aldrich, a bordo del HMS 'Egeria, que visitó durante diez días, acompañado por J. J. Lister, reunió una colección más grande de espécimenes biológicos y mineralógicos. Poco después, fue establecido un pequeño asentamiento en Flying Fish Cove por Clunies G. Ross, el dueño de las Islas Keeling (unos 900 kilómetros al sur-oeste) para recoger la madera y suministros para la industria creciente en Islas Cocos.
En 1888 los hermanos Clunies-Ross fundaron un asentamiento para recoger madera y otros productos con destino a la creciente economía de las Islas Cocos. Ese año se descubrieron importantes yacimientos de fosfato, lo que provocó la inmediata anexión de la isla por el Reino Unido. Se inició la explotación con coolies, trabajadores llegados de MalasiaChina y Singapur. En 1889 la administración colonial inglesa se ejercía dentro de la llamada Colonia de los Estrechos (o Colonias de los Estrechos), en 1900 la administración colonial inglesa se efectuó desde Singapur.
La Segunda Guerra Mundial provocó la invasión japonesa en 1942. A su término, la derrota japonesa devolvió la soberanía británica, al cesar el control efectivo del Reino Unido sobre Singapur y Malaysia el territorio de la isla de Navidad quedó como posesión colonial inglesa el 1 de enero de 1958. A petición de Australia, el Reino Unido transfirió la soberanía a Australia, el 1 de octubre de ese mismo año, el gobierno australiano pagó al gobierno de Singapur £2,9 millones en concepto de indemnización, una cifra basada principalmente en un valor estimado de las pérdidas de fosfato de Singapur.
A fines del siglo XX los dos tercios de la población era de origen chino. Los años ochenta y noventa del siglo XX, y los primeros años del XXI vieron la llegada de cientos de precarias embarcaciones con peticionarios de asilo, procedentes de países del centro y sudeste de Asia - AfganistánSri Lanka, etc.
Este archipiélago, al igual que el adyacente de las islas Cocos, ha sido reivindicado infructuosamente por Indonesia desde 1947.


Migración de cangrejos


La isla de Navidad, en Australia, tiene uno de los atractivos turísticos más curiosos que se pueden encontrar: la migración del cangrejo rojo (Gecarcoidea natalis). Cada año, millones de individuos parten de su hábitat en el interior de la isla para alcanzar el Océano Índico y llevar a cabo la reproducción.
Los habitantes de Navidad han incluido esta migración como parte de su calendario. Se cierran varias carreteras para facilitar el paso de estos crustáceos, e incluso se les abre paso. Es habitual ver a la población local con cubos y palas, transportando a los cangrejos hacia zonas más seguras. Aún así muchos de ellos mueren aplastados por las ruedas de los coches. Según algunas estimaciones, hasta cien mil pueden llegar a morir.
Cada una de las tres islas tiene sus atractivos propios; creo que resulta interesante darlas a conocer.

Un abrazo a todos y cada uno.







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