jueves, 18 de agosto de 2011

PICAFLORES EN LA MANO.

Picaflores domesticados.
Estas maravillosas escenas que ven, ocurren en una zona de Estados Unidos donde ellos abundan.
Desde que ella se mudó a ese lugar, notó que los picaflores venían a beber agua en su jardín, así que decidió colocar agua con azúcar en un platito rojo que muestra la foto.
Desde entonces decidió estudiar el comportamiento de estos bellos seres alados, notando que 20 de ellos eran los más sociables y trató de tener un acercamiento con ellos.
Una mañana colocó el platito rojo en su mano y los picaflores se acercaron a beber confiados. Así lo hizo todas las mañanas durante meses, hasta que un día logró que ellos se posaran directamente en su mano.
Esto es algo tal vez pocas veces logrado, así que disfruten de las fotos.
Reflexión: estos picaflores "percibieron" que esta persona no les haría daño, sintieron su amor, y por eso confiaron en ella y se hicieron sus amigos; viven en hermosa comunión, dando un bello ejemplo de que:
"todos somos uno".




















domingo, 14 de agosto de 2011

EL AMOR CONVIERTE...

El amor puede realizar el milagro de convertir a las fieras en mansos corderos.


OTRO EJEMPLO DE AMOR CON LOS ANIMALES. 
Feroces animales mimados y mansos, criados por los monjes de un templo budista.


El tigre parece un gato en el regazo del monje.



Cualquier persona que visita el templo puede tener
contacto con estos mansos animales.

Parecen corderos guiados por su pastor.

Todos estos ejemplos son dignos de ser imitados.


Un abrazo a todos y cada uno.









jueves, 11 de agosto de 2011

CHINITA LA PALOMITA.


"CHINITA" LA PALOMITA
Basada en un hecho real, fue tal como lo cuento. Con mucho amor Violeta cuidó a Chinita

Chinita todos los días venía a visitar a Violeta

Chinita se enamoró

Había una vez una niña con nombre de flor: se llamaba Violeta.
Haciendo honor a su nombre, era dulce, y muy compasiva con los animales heridos o enfermos, y en su casa, siempre había alguno que ella había encontrado y traído para cuidarlo y curarlo, hasta que estuviera bien y pudiera valerse por sí mismo.
Un día apareció en su patio una palomita con un ala lastimada.; en cuanto Violeta la vio, sintió compasión por aquél pajarito herido y lo tomó a su cuidado. Le puso por nombre Chinita, y, para poder cuidarla preparó un nido en una caja, le puso semillas, agua, y desde ese momento comenzó a tejerse un lazo de amor entre las dos.
De noche ponía la caja al lado de su cama, así la podía ver y hablarle hasta que se dormía.
Fueron pasando los días, Chinita empezó a mejorar, y cuando estuvo bien, Violeta le armó un nido sobre su almohada, así que las charlas eran cada vez más largas y cariñosas. Chinita la seguía por toda la casa, y no sólo eso, cuando Violeta se sentaba a tomar la sopa, ella introducía su piquito en el plato y ¡ella también tomaba!.
Eso no era bien visto por el papá de Violeta, pero no podía impedir que esto se repitiera, porque se habían hecho tan amigas que compartían todo.
Violeta iba a la escuela por la mañana, y la encargada de despertarla todas las mañanas, era Chinita, ¿saben como lo hacía?: con toda suavidad le picaba los párpados, ¡siempre a la misma hora!.¿No es maravilloso que dos seres tan distintos puedan llegar a entenderse y amarse tanto?.
Para sorpresa de Violeta, un día Chinita¡ puso un huevito!, ¡qué alegría!¡ Chinita podía ser mamá!. A pesar de lo mucho que la quería, le permitió que volara hasta un palomar cercano –tal vez de allí vino Chinita- para que se enamorara y encontrara su pareja y pudiera tener hijitos.
Todos los días por la tarde venía a visitar a Violeta; pasaban un rato juntas y luego volvía a su nido, probablemente a atender a sus pichones, que seguramente un día acompañarían a su mamá a visitar a su querida amiga y protectora.
En el corazón de Violeta. quedó grabado para siempre lo vivido con Chinita, su pequeña amiga alada, que hizo posible que pudiera volcar en ella todo el amor que tenía en su corazón de niña por todos los desamparados del Reino Animal.

¡BELLO EJEMPLO DE AMOR ENTRE UNA NIÑA Y UNA DULCE PALOMA!,

























































sábado, 6 de agosto de 2011

LA LECCIÓN DEL CARACOLITO.

LA LECCIÓN DEL CARACOLITO.

Iba un caracolito de paseo a visitar a unos amiguitos que hacía tiempo no veía, y, aunque sabía de ellos por unas mariposas amigas, al ver el día tan lindo decidió darles una sorpresa.

Después de mucho andar, ¡oh!, ¡se encuentra ante un gran inconveniente!, ante él se habría un abismo que le impedía continuar, y eso sí, que no lo esperaba.

Él miró, y miró aquello y pensó: - no puede ser que yo deje de ir hasta donde están mis amigos, con los deseos que tengo de verlos; algo tengo que hacer.

Entonces se dijo: - no me doy por vencido, intentaré alcanzar la otra orilla; mi cuerpo es muy elástico y tal vez logre estirarlo hasta que mi cabeza toque el otro borde.

Sin perder tiempo empezó a estirarse, estirarse, estirarse, hasta que logró que su cabeza llegara hasta donde él quería; ¡uf!, ¡vaya esfuerzo!.

- Ahora - dijo - tengo que agarrarme bien, para poder ir trayendo mi cuerpo hacia mí, así que siguió esforzándose para no caer y poder cruzar hacia la otra orilla, para ello puso todo su empeño y lo logró.

Luego de recuperarse por el esfuerzo realizado, continuó feliz su camino hacia donde estaban sus amigos.

Cuando llegó fue recibido con mucha alegría y, luego cuando supieron de lo acontecido, se alegraron mucho más y agradecieron su visita. ¡Qué gran amigo tenían!. Así que lo invitaron a que pasara una larga temporada con ellos y luego vería si volvía o no, al lugar de donde vino.


¡Hermosa lección de un pequeño ser del Reino Animal!

Él nos demostró que: ¡Querer es poder!.



Un abrazo a todos y cada uno.