sábado, 28 de diciembre de 2013

QUERER ES PODER...



Esta imagen debería de recorrer el mundo como un ejemplo de aquello de: "QUERER ES PODER" Maravillosa lección de un humilde hombre trabajador cuya meta era llegar a ser MÉDICO, y lo logró a fuerza de grandes sacrificios a la edad de 60 años.
Sólo Dios fue testigo de todas las necesidades y desvelos que tuvo que afrontar a lo largo de los años que le insumió esta carrera para poder ejercer este apostolado. Imagino a Hipócrates  y Galeno reverenciándolo desde otra dimensión, orgullosos de él cuando hizo el Juramento hipocrático.  Ha elegido especializarse en INFECTOLOGÍA. Continuará en forma silenciosa sus estudios para hacer posible aún más grande su amor por la medicina, su amor al prójimo.
Que el Señor lo colme de bendiciones y le ilumine el camino que ha elegido transitar.
Como dijo Einstein: " Estamos en el mundo cuando amamos, sólo una vida vivida para los demás merece la pena ser vivida." Así sea.





Vivió en una villa y se recibió de médico a los 60 años Ricardo Trejo quien tuvo una vida difícil y dura. Vivió durante gran parte de su vida en una villa miseria de la ciudad de Córdoba y trabajó de changas. Lejos de rendirse, Ricardo intentó superarse cada día. Hace algunos años logró mudarse a una vivienda algo más cómoda, pero en un sector humilde: Villa Quisquizacate. Luego se puso otra meta: ser médico. Desde su casa le contó a Gonzalo Carrasquera quien lo entrevisto: cómo fue estudiar con escasos recursos. “A veces me iba a la facultad (NdR: Hospital de Clínicas) en bicicleta. Para mi lo fundamental era estudiar, y las changas las hacía los fines de semana”, relató. Trejo cuidaba casas, arreglaba jardines y fue fletero, hasta que por la crisis de 2001 debió vender el viejo Rastrojero que había comprado con años de ahorro. Las cosas se pusieron difíciles y no tenía ni para comer. Por eso almorzaba en un comedor popular de la zona noroeste de la capital mediterránea. En el 2003 retomó los estudios y se recibió el año pasado. El lunes comenzará a trabajar como médico residente en el Hospital de Malagueño. Pero Ricardo tiene otro objetivo: especializarse en infectología. A eso dedica sus días. Las changas quedaron atrás para el doctor Trejo.

Un abrazo a todos y cada uno

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