miércoles, 4 de diciembre de 2013

El Rey...






El Rey...





Estamos en Adviento, se respira en el aire perfumado por las flores de tilo y los jazmines blancos la cercanía de la Navidad. Todo lo proclama; se siente más alegría en el corazón; los jazmines blancos que anuncian Su llegada, se abren exhalando su exquisita aroma brindándose en toda su belleza.
Las estrellas tiemblan en el cielo emocionadas esperando la Gran Noche; la Naturaleza se desborda en verdes y colores, ¡ hay fiesta en esta parte de la Tierra!; todos nos preparamos para recibirLo con cantos en el corazón, para brindarle todas nuestras alegrías y sinsabores ... nuestros sueños ... nuestra vida a ese Niño de Luz y Amor que cada año nos trae el mismo mensaje: "Amaos los unos a los otros"...
¡Adviento!, ¡con qué recogimiento vivo esperando la llegada del Niño-Dios en la Nochebuena de mi corazón!, a ese Cristo interno que me da la fuerza que necesito para seguir andando en busca de Su Luz.
¡Adviento!, ¡Cuántos deseos despiertas en mí, de ser cada día mejor y poner a los pies del Niño un cofre lleno de buenas acciones... pensamientos y palabras; ser cual Rey Mago guiada por la Estrella que me lleve hasta el humilde pesebre en la caverna de mi corazón para adorar al Rey de Reyes...

Con cada Adviento tenemos la oportunidad de prepararnos interiormente para recibirLo purificados y, con los brazos en alto dar¡GRACIAS! a Dios,Su Padre, por este regalo que vivimos cada año. AMÉN.



UN ABRAZO A TODOS Y CADA UNO.

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