domingo, 12 de julio de 2015

CATARATAS DEL IGUAZÜ

 
 
Son una de las tantas maravillas que adornan a la Madre Tierra.
 
Ellas se encuentran ubicadas en América del Sur y comparten su belleza dos países hermanos : Argentina y Paraguay.
 
Tuve la suerte de conocerlas en 1990 en un viaje al Paraguay. Ya salir de mi Uruguay tan llanito, con sus ríos, arroyos y cañadas que discurren mansamente, para enfrentarme a la poderosa fuerza de una catarata, es un impacto muy grande visual y emocional. El ruido ensordecedor al caer toneladas de agua junto al asombro de algo nunca visto, es un espectáculo digno de ver, de admirar, de valorar esta Creación de Dios.
Son consideradas unas de LAS SIETE MARAVILLAS NATURALES DEL MUNDO.
En ellas hay una permanente formación de arcoíris por efecto de la descomposición de la luz en el salpicar de sus gotas de agua, y es un espectáculo aparte ver a las golondrinas volar en el espacio vacío que queda entre las caídas del agua y la tierra. Todo allí es de asombro y belleza.









Las cataratas del Iguazú (en portugués: cataratas do Iguaçu) son un conjunto de cataratas que se localizan sobre el río Iguazú, en el límite entre la provincia argentina de Misiones y el estado brasileño de Paraná. Están totalmente insertadas en áreas protegidas; el sector de la Argentina se encuentra dentro del parque nacional Iguazú, mientras que el de Brasil se encuentra en el Parque Nacional do Iguaçu. Fueron elegidas como una de las «Siete maravillas naturales del mundo».
Están formadas por 275 saltos, el 80 % de ellos se ubican del lado argentino. Un espectáculo aparte es su salto de mayor caudal y, con 80 m, también el más alto: la Garganta del diablo, el cual se puede disfrutar en toda su majestuosidad desde solo 50 m, recorriendo las pasarelas que parten desde Puerto Canoas, al que se llega utilizando el servicio de trenes ecológicos. Por este salto pasa la frontera entre ambos países. Se pueden realizar paseos en lancha bajo los saltos y caminatas por senderos apreciando algunos animales de la selva semitropical perteneciente al distrito fitogeográfico de las Selvas Mixtas de la provincia fitogeográfica Paranaense.
   
 

Historia

En el año 1542, mientras realizaba una travesía desde el océano Atlántico hasta Asunción del Paraguay, el adelantado español Álvar Núñez Cabeza de Vaca divisó las sorprendentes cataratas del río Iguazú y las bautizó como «saltos de Santa María», nombre que con el tiempo fue reemplazado por su primitiva denominación guaraní Iguazú (antigua ortografía de yguasu 'gran cantidad de agua', de y 'agua' y guazú 'grande').
Por entonces la región era habitada por indígenas de la etnia mbyá-guaraní, quienes alrededor de 1609 comenzaron a vivir el proceso evangelizador protagonizado por los sacerdotes de la Compañía de Jesús, llamados jesuitas, quienes desarrollaron exitosamente en esta región de Latinoamérica un sistema de reducciones que llegó a contar con 30 pueblos distribuidos en las regiones del Tapé y La Guayrá (ubicados actualmente en el sur de Brasil, Paraguay y en Argentina, en toda la provincia argentina de Misiones y el norte de Corrientes). Fueron las misiones jesuíticas guaraníes.
Después de ver estas imágenes, espero que se entusiasmen y deseen conocerlas personalmente. No se arrepentirán.

Un abrazo a todos y cada uno.



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