lunes, 10 de noviembre de 2014

El olvidado Esopo...


  Hace muchos meses que no publico fábulas de mi amado Esopo, así que voy a reencontrarme con ellas y hacerles partícipes de su sabiduría.

El perro con campanilla
 
 Había un perro acostumbrado a morder a las personas sin ninguna razón.
Entonces, su amo le puso una campanilla para que su sonido advirtiera a la gente de su presencia. El perro, pensando que la campanilla era un adorno, se fue a la plaza pública a presumir. Pero una sabia perra le dijo: 
-¿De que presumes tanto? Si tú no llevas esa campanilla por tus grandes virtudes, sino para anunciar tu maldad oculta.

Los presumidos se halagan a sí mismos, aunque solo tengan defectos.

El perro y el reflejo en el río

Andaba un perro por el borde del río, llevando en su hocico un sabroso pedazo de carne. En un momento, se vio reflejado en el agua y creyó que aquel reflejo era en realidad otro perro que llevaba un tozo de carne más grande que el suyo.
Y, deseando adueñarse de aquel pedazo de carne, soltó el suyo para arrebatarle al supuesto perro, aquel apetecible bocado. Sin embargo, se quedó sin lo uno y lo otro.
Porque esa carne apetecible no existía, era solo un reflejo. Y el tozo que llevaba en su hocico, se lo llevó la corriente del río.

 Sé humilde y no codicies lo que es ajeno, podrías perder lo que ya ganaste con tu esfuerzo.

Un abrazo a todos y cada uno. 

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