domingo, 3 de abril de 2011


TRES AMIGOS.

Cony disfrutando de las flores del campo
Gogó y Pipo tomándose un descanso

Había una vez un conejito llamado Cony, un perrito llamado Pipo y un gatito llamado Gogó, que vivían en una pequeña granja.
Eran los mimados de los niños de la casa; al ser tan pequeños despertaban en ellos el deseo de cuidarlos y mimarlos. Se convirtieron en sus mascotas preferidas.
Cony, Pipo y Gogó se habían hecho muy amigos y se divertían juntos. Corrían carreras, se escondían uno del otro ..., así pasaban el tiempo muy felices, hasta que un día, a Pipo, se le ocurrió preguntarle a sus amiguitos:
- Queridos amigos, ¿ les gustaría saber que hay más allá del patio?-.
- Síiii - contestaron entusiasmados Cony y Gogó, ¡nos encantaría!.
Así fue que una tarde se lanzaron mundo adelante, llenos de nerviosismo por la aventura que iban a iniciar, sin la protección de los niños que mucho los cuidaban.
No era fácil caminar por el pasto. El más afortunado era Cony, ya que con sus saltitos iba adelantando su marcha.
Mientras lo hacían iban conversando sobre lo que se les cruzaba por el camino; pequeños animalitos, como un ratoncito, una lagartija. También hormigas con sus cargas, grillos y langostas que Pipo y Gogó querían atrapar ...
Todo era muy divertido. Cuando se cansaban se echaban a descansar y dormían alguna siestita, para luego emprender con más entusiasmo la marcha.
Así que de lejos vieron la pequeña cañada que corría cantarina, acompañada de caracoles, ranas, y, ¡una mamá pato acompañada de sus patitos nadaba feliz en sus aguas!.Como en sus orillas había árboles vieron a un Martín Pescador comiéndose una mojarra. ¡Cuánta cosas nuevas para ellos!.
Cuando llegaron a sus orillas,vieron reflejadas en sus aguas tres figuras, en la cual se reconocieron, ja ja ja .
- ¡Qué orejas tan grandes tengo!- decía Cony.
- Yo, ¡qué hocico! - decía Pipo.
-Yo, -qué bigotes tan largos! - decía Gogó.
Todo era risas y asombro entre los amigos.
En lo mejor de las risas, oyeron a lo lejos las voces de los niños que los llamaban; ¡no se habían dado cuenta de que el tiempo había pasado y estaban preocupados porque no los veían!. Así que Pipo empezó a querer llamar la atención con sus pequeños ladridos y Gogó con sus suaves maullidos.
Como Cony era el más rápido, trató de adelantarse para que los vieran. Así fue que los niños los encontraron con gran alborozo de ambas partes,porque el retorno les iba a ser difícil; mucho habían caminado y estaban cansados.
Los niños les redoblaron los mimos y caricias, y así volvieron todos felices a la casa. Se comieron todo lo que les dieron y ...¡ se durmieron con la pancita llena!.
Esta aventura nunca la olvidarían y tendrían motivos para seguir teniendo largos diálogos por mucho tiempo.

¡Qué hermoso es, que los amigos tengan en común, recuerdos de la niñez!.
Eso los mantiene unidos más allá del tiempo y el espacio.
Un abrazo a todos y cada uno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario