jueves, 14 de febrero de 2013

EL MAMBORETÁ-


Quiero contarle a mis lectores de menor edad, que cuando abuela Hortelia era niña - hace muuuchos años-, era muy común que los niños jugáramos con un mamboretá-o tatadios como se le conoce vulgarmente-, también con los que llamábamos "guitarreros", con los "toritos", caracoles, mariposas, o correr detrás de los huidizos "panaderos", ese plumerillo que iba cargado con su "pan"- teníamos que quitárselo como si fuera un trofeo-. También en las noches de verano cazábamos luciérnagas o "bichitos de luz". En nuestros juegos estábamos siempre en contacto con los Reinos de la Naturaleza, eso nos hizo amarla y respetarla desde temprana edad, porque supimos ver los tesoros que ella tenía para darnos en nuestra niñez.Por eso esto que ahora les paso a contar, es como llevarme de la mano a aquél tiempo feliz.

El Mamboretá o Tatadios

Luego de almorzar me fui al jardín aprovechando la buena temperatura y que la tierra estaba floja y húmeda, ideal para hacer transplantes.
¡Buen ejercicio practicar jardinería! …, agacharse, estirarse, enderezarse y también enredarse el pelo  en las ramas de las plantas.
De pronto siento que algo se me prende en el costado de la cabeza; la primera reacción es pasarse la mano para quitarse lo que sea, … lo hice una vez …, en la segunda intentona agarré algo que tiré al piso, parecía una hoja porque era verde … pero mirando bien, vi que era ¡un mamboretá!.
Darme cuenta y levantarlo del suelo ¡fue todo uno! …, ¡pobrecito! …, ¡ si habré jugado con ellos siendo niña!, preguntándoles ... ¿dónde está Dios?, y esperar que levantara una patita hacia arriba como señalando el Cielo para mi alborozada inocencia!.
Me puse a observarlo mientras le hablaba y veía los movimientos de su pequeña cabeza con sus grandes ojos, … para un costado …para otro … arriba … abajo; las patitas con sus serruchitos hacían cosquillas en el dorso de mi mano.
Luego de hablarle un tiempo - tengo costumbre de hacerlo con todos los bichitos - decidí dejarlo  ya que tenía que continuar con mi tarea, y para ello lo arrimé a una planta pensando que encantado se iba a subir a una de sus hojas pero …, pues no … parece que le gustaba más mi compañía y conmigo se quedó. Así que me fui con él sobre el brazo a continuar con lo que estaba haciendo …, barrí …, moví macetas …, me agaché …, me levanté y el me acompañaba muy agarrado a mi buzo, paseándose por él.
Cuando terminé, salgo a la vereda y le muestro a una amiga el personaje que me acompañaba encantado de estar conmigo y … yo con él. Como tenía que salir … y no lo iba a llevar, lo puse en la jardinera de mi balcón ..., lamentando hacerlo.
Su presencia me hizo ser niña otra vez, iluminando mis ojos y llenando mi rostro de sonrisas, ¡cuánto se lo agradezco!; son momentos irrepetibles que nos retrotraen a la feliz época de nuestra niñez y que hay que saber valorar.
Esto que les conté es lo que yo llamo "mis cositas" y tengo algunas más para ir compartiendo con Uds.


Un abrazo a todos y cada uno.

3 comentarios:

  1. QUERIDA HORTELIA
    DIOS TE HA BENDECIDO CON LUZ ESPECIAL .
    REALMENTE ES MUY HERMOSO TU BLOG Y TRANSMITE TODA LA BELLEZA QUE ENCIERRA TU ALMA ,
    GRACIAS POR PERMITIRNOS ENTRAR EN TU MAGICO MUNDO. <3 <3 <3

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    1. Gracias Araceli ya me di cuenta que eras tu, la maestra tan querida de mi hija.
      Un beso grande.

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  2. Gracias por tus palabras, pero soy simplemente una abuela a la cual Dios hizo que mis nietos nacieran lejos, para así poder compartir con otros "nietos" todo el amor que tengo para dar a mis nietos de sangre. El plan de Dios es perfecto en cada uno de nosotros si sabemos verlo.Es una verdadera bendición que a los 80 años cumplidos yo pueda estar predicando amor a través de estas páginas, que según la estadística lo leen hasta en Australia y Arabia Saudí, algo que nunca soñé. No se de donde eres, y me gustaría saberlo.
    Mi correo: horteliadiaz@hotmail.com, cuando gustes me puedes escribir.

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