sábado, 27 de septiembre de 2014

VISITA AL DESIERTO DEL SAHARA








Por fin puedo retomar el contacto con todos Uds.
La seguridad de protección que tiene el blog no me permitió cuando llegué a España trabajar en él, y como había ido de paseo no me hice problema y traté de guardar material para poder publicarlo cuando regresara a Tenerife, así que acá estoy tratando de ponerme al día con Uds. con el amor en todo lo que hago y deseando les sea de utilidad y entretenimiento. Que así sea.

RECUERDOS DEL SAHARA 

En mi visita a COSTOIA me encuentro que una de mis sobrinas había estado en Marruecos y entre las tantos paseos que realizó a distintos lugares, visitó el desierto del SAHARA, el cual yo lo había tratado como tema de este blog. con fecha 16-9-13
Ella trajo algunos recuerdos de él, entre ellos: arena, las rosas del desierto y una pieza de piedra donde se puede apreciar el fósil de un caracol.
 Como todo esto es muy novedoso para mi, lo quieo compartir con Uds..


ROSA DEL DESIERTO


Rosa del Sahara, de 47 cm.
La rosa del desierto es una roca sedimentaria evaporítica formada en los desiertos, de ahí su nombre, cuando se forman diversas capas de yeso, agua y arena. Forma cristales muy bellos que recuerdan la forma de una flor, de ahí la denominación de rosa. Suele ser de color arena oscura. Por su composición sería apto para ser usado en la construcción, pero su contenido en arena hace inviable este uso, por lo que su interés es plenamente ornamental y/o decorativo. 

Acá están las rosas traídas desde el desierto.




Vean la similitud del color de la arena con las rosas.
 

Estas son piedras del desierto donde están incrustados fósiles marinos de la época que este era el lecho del mar.

Las ballenas nadaban sobre el actual desierto del Sahara hace cuarenta millones de años.
Foto
Vestigios del eoceno. Restos fósiles de una ballena en Al Fayum, Egipto.
 
Es lugar común oír que casi toda la Tierra estuvo cubierta por los océanos, pero pocos saben que en lugares tan áridos como el del desierto de Sahara nadaron un día hasta las ballenas.
Sus esqueletos fosilizados, son la prueba palpable. Tienen nada menos que 40 millones de años. Estos esqueletos se encuentran a 200km al suroeste de El Cairo, en una depresión de Wadi Rayan (provincia de Al Fayum) que es uno de los conjuntos más ricos del mundo en fósiles marinos:




 ( fósilestodotipoconchas, caracolas, erizos y estrellas de mar, cangrejos, tortugas y dientes de tiburón.
Los fósiles han sobrevivido casi intactos gracias al extraordinario poder conservador de la arena, la misma que ha permitido también la recuperación de numerosos templos faraónicos sencillamente sepultados entre las dunas durante siglos. El llamado Valle de las Ballenas, o Wadi al Hitan en árabe, es sólo una esquina de los 1.759 kilómetros cuadrados que ocupa Wadi Rayan, pero la existencia de estos esqueletos fósiles y su paisaje único hicieron que, en 2005, la Unesco lo declarase Patrimonio de la Humanidad.
Hace solo cuatro años, recorrer el valle con todoterrenos era diversión frecuente en los fines de semana entre la comunidad de expatriados en Egipto, y en más de una ocasión ha habido quien se ha llevado cual trofeo de caza una vértebra fósil de ballena para decorar su salón. Pero desde la inclusión del valle en el listado de la Unesco, las autoridades egipcias cerraron todos los accesos con hileras de piedras, impusieron una tarifa de acceso y crearon una unidad de 28 guardias equipados con jeeps encargados de recorrer sus confines en busca de infractores. Junto a esto, construyeron una pista de arena a la que se accede desde el asfalto y que es transitable para cualquier tipo de vehículo, para poder entrar en el valle sólo desde un trazado bien delimitado.
El desierto y los fósiles, conservados durante milenios en el secreto que garantiza la arena, se han convertido en una atracción turística más de Egipto, si bien dista mucho de tener la popularidad de las ruinas faraónicas o de los corales del Mar Rojo. Y eso que el paisaje del Valle de las Ballenas es sobrecogedor: surgidos como hongos de entre la arena, montículos de formas caprichosas se elevan contra un cielo libre de nubes. El viento, que ha modelado el desierto y creado las dunas, ha dibujado extrañas cavidades en las rocas del valle.Los esqueletos de las ballenas no son el único vestigio del Eoceno, también pueden verse manglares fosilizados, que fueron los que permitieron que hubiera una fauna tan rica en las orillas del Mar de Tethis, el enorme océano que cubría gran parte de lo que hoy es desierto.
Las ballenas del Wadi al Hitan fueron descubiertas a principios del siglo XX y bautizadas como Zeugledon, aunque más tarde se establecieron en realidad cuatro especies distintas de tales cetáceos, la mayor de ellas de hasta 21 metros de longitud. Lo curioso desde el punto de vista científico es que a través de sus esqueletos se ha confirmado que estas ballenas poseían pequeñas patas que sobresalían apenas del vientre y que demuestran que estos mamíferos descendían en realidad de antepasados terrestres.
Cuando la tierra fue cubierta por las aguas, las ballenas sencillamente adaptaron su cuerpo y perdieron poco a poco unas patas que ya no tenían ninguna función.
Luego, cuando las aguas se retiraron hasta el Mediterráneo y su hábitat se transformó en desierto, ya era demasiado tarde: las ballenas quedaron varadas entre las arenas del Sahara y esta vez sólo pudieron convertirse en fósiles.

Espero que el tema les haya resultado interesante, para mí lo fue, ya que nunca soñé con tener en mis manos todos esos elementos tan lejanos en distancia y cultura.

Un abrazo a todos y cada uno.

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