jueves, 28 de noviembre de 2013

BE-BA LA CORDERITA

Hoy les traigo un cuentito para los más chiquitos deseando que les guste, junto con un beso grande a todos y cada uno. 
Be-Ba la corderita.


Con la llegada de la  Primavera, los campos se vieron poblados de preciosos corderitos entre los que se destacaban algunos marroncitos, que, cual bombones de rico chocolate, matizaban el campo.
Era hermoso verlos a todos al lado de sus orgullosas mamás, quienes con mucho amor los amamantaban.




Parecían de juguete con sus patitas largas, la piel llena de rulos y sus caritas de bebés.
Con el correr de los días empezaron a juguetear y a juntarse unos con otros; retozaban en la verde gramilla,salpicada de
 flores multicolores por la presencia de la  Primavera, mientras sus madres dialogaban. Entre ellas estaban Rula y su hijita Be-Ba.


Un día, unas cotorras vinieron a contarles que Rula y Be-Ba, serían llevadas a una granja, donde había niños que querían tener un corderito para jugar con él.
Cuando Rula se enteró, se alegró,  y le dijo a Be-Ba: - me contó mi mamá, que ella fue criada en una casa con niños, y fue muy feliz, ya que la mimaban mucho. Be-Ba a pesar de que tenía que dejar a sus primos y tíos, también se sintió contenta, y esperó ansiosa que las vinieran a buscar.
Llegó el día tan esperado, y partieron hacia ese lugar donde tres niños las esperaban ansiosamente, que al ver a Be-Ba corrieron a abrazarla y quedaron enamorados de ella.
Las pusieron en el entre-patio, al lado de la casa; a Be-Ba le ataron una cinta roja al cuello y quedó que parecía una muñeca.

Los niños estaban siempre con ella, hasta que llegaba la hora en que se marchaban para la escuela cercana, entonces ella los acompañaba hasta la portera, cual un cariñoso perrito, y luego se volvía con su mamá hasta que regresaran los niños.
Como era un lugar donde habían otros animales, Be-Ba se hizo amiga de todos, también de los pájaros y de las pícaras cotorras que venían todos los días a comer del maizal. Ellas le contaban de lo que veían por ahí, y se enteró que visitaban el lugar de donde había venido ¡qué alegría!¡ así que conocían a su tía Blanquita y a su prima Bi-Bí!. De inmediato Rula y Be-Ba, mandaron un cariñoso saludo a todos los familiares y amigos.



Desde ese momento, las cotorras fueron las mensajeras; eso completó la felicidad, ya que donde vivían estaban muy bien cuidadas y disfrutaban mucho de la compañía y el amor de los niños.
¡FELICES LOS ANIMALES QUE SON CUIDADOS CON TANTO AMOR!.
¡Benditos los niños que aman y protegen a los animales!

 
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1 comentario:

  1. me encantó!!! es tan emocionante y lleno de sentimiento... no me pude contener las lagrimas! el proximo de llamas salvajes!!

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