En todos los tiempos hubieron grandes conquistadores que la historia los recuerda por sus hazañas.
Entre ellos está Alejandro Magno, quien a la hora de su muerte dejó un legado a los hombres que como él, ambicionan riquezas y poder, para que tomen conciencia de la realidad a la hora de la partida al más allá.
Entre ellos está Alejandro Magno, quien a la hora de su muerte dejó un legado a los hombres que como él, ambicionan riquezas y poder, para que tomen conciencia de la realidad a la hora de la partida al más allá.
(Alejandro III) Rey de Macedonia (Pella, Macedonia, 356 - Babilonia, 323 a. C.). Sucedió muy joven a su padre, Filipo II, asesinado en el 336 a. C. Éste le había preparado para reinar, proporcionándole una experiencia militar y encomendando a Aristóteles su formación intelectual.
Alejandro Magno dedicó los primeros años de su reinado de 13 años a imponer su autoridad sobre los pueblos sometidos a Macedonia, que habían aprovechado la muerte de Filipo para rebelarse. Y enseguida -en el 334- lanzó a su ejército contra el poderoso y extenso Imperio Persa, continuando así la empresa que su padre había iniciado poco antes de morir: una guerra de venganza de los griegos -bajo el liderazgo de Macedonia- contra los persas.
Alejandro es el mayor de los iconos culturales de la
Antigüedad, ensalzado como el más heroico de los
grandes conquistadores, un segundo Aquiles, o
vilipendiado como un tirano megalómano que destruyó
la estabilidad creada por los persas. Su figura y legado
ha estado presente en la historia y la cultura tanto de
Occidente como de Oriente a lo largo de más de dos
milenios, y ha inspirado a los grandes conquistadores
de todos los tiempos, desde Julio César hasta Napoleón
Bonaparte.
EL LEGADO DE ALEJANDRO MAGNO.
Encontrándose al borde de la muerte Alejandro convocó
a sus generales y les comunicó sus tres últimos deseo:
***
1- Que su ataúd fuese llevado en hombros y
transportado por los propios médicos de la época.
2- Que los tesoros que había conquistado (plata- oro y
piedras preciosas) fueran esparcidos por el camino
hacia su tumba.
3- Que sus manos quedaran balanceándose en el aire,
fuera del ataúd, y a la vista de todos.
***
Uno de sus generales, asombrado por tan insólito
deseos,le preguntó a Alejandro: ¿Cuáles son sus
razones?.
Alejandro replicó:
1- Quiero que los más eminentes médicos carguen mi
ataúd para así mostrar que ellos no tienen ante la
muerte el poder de curar.
2- Quiero que el suelo sea cubierto con mis tesoros para
que todos puedan ver que los bienes materiales aquí
conquistados, aquí permanecen.
3- Quiero que mis manos se balanceen al viento, para
para que las personas puedan ver que vinimos con las
manos vacías, y con las manos vacías partimos.
***
Maravillosa lección de sabiduría que sigue totalmente
vigente a pesar del tiempo transcurrido.El hombre sigue
ambicionando poder y riquezas, cosas materiales que
piensan que le traerán felicidad, sin pensar que su
tiempo en la Tierra es limitado y que, al partir tiene que
dejar todo aquello que acumuló, muchas veces
avasallando sin miramientos a su prójimo.
Da para reflexionar... y mucho.
Un beso a todos y cada uno.
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