Hoy quiero poner un cuentito para los más chiquitos y he elegido
GATITOS AVENTUREROS.
Había una vez, una mamá gata con sus gatitos, cual de ellos más bonitos, juguetones y andariegos.
Un día Nito le dice a Lito: -Hermanito, ¿Qué te parece si nos vamos a mirar qué hay más allá de este lugar?-, lo haremos
GATITOS AVENTUREROS.
Había una vez, una mamá gata con sus gatitos, cual de ellos más bonitos, juguetones y andariegos.
Eran muy mimados por la mamá
Dos de ellos,- Nito y Lito - eran muy unidos, andaban siempre juntos trepando por acá y por allá.
Pronto empezaron a subir a los árboles, persiguiendo pajaritos, - no por hambre- sino por el instinto de cazadores.
Mamá gata les decía: -no quiero que se alejen mucho de mí-, pero igualmente lo hacían.
Un día Nito le dice a Lito: -Hermanito, ¿Qué te parece si nos vamos a mirar qué hay más allá de este lugar?-, lo haremos
mientras nuestra madre duerme su siesta.
- Bueno, dijo Lito, lo haremos en ese rato-.
Luego de almorzar, cuando la mamá se acostó a descansar de sus tareas, estos dos pillines, empezaron a subir por el árbol que había en el patio de la casa donde habían nacido.
De ahí treparon a un muro, de ese muro pasaron a otro árbol, y cuando quieren acordar van a dar al patio de una casa donde había un perro guardián, que en cuanto los vio, empezó a ladrar de forma desesperada, tratando de alcanzarlos para morderlos.
Nito y Lito, se pegaron tal susto, que empezaron a gritar: mamá ... mamá ... mamá, en forma lastimera, pero estaban lejos de la casa y la mamá no los oía.
¡Qué arrepentidos estaban por haber sido desobedientes pudiendo estar tranquilos durmiendo la siesta con la mamá!.
Con los ladridos del perro, mamá gata se había despertado, y, al ver que no estaban Nito y Lito, se imaginó que eran los causantes del escándalo que ella oía.
Apresuradamente se dirigió al lugar y vio a sus pequeños hijos muertos de susto diciendo: mamá... mamá ...
Muy enojada se enfrentó a ellos, los tomó por el cuello y los puso en lugar seguro llevándolos a la casa.
La reprimenda fue muy grande; Nito y Lito prometieron no volver a repetir la travesura. Tenían que aprender a esperar hasta que su madre les permitiera salir, y no hacerlo antes de tiempo.
Los hijos deben ser obedientes a los consejos de sus padres; estos quieren lo mejor para ellos, por eso son protegidos hasta que saben valerse por sí mismos.
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