Cada país tiene sus fiestas tradicionales y, sobre todo en las pequeñas ciudades, pueblos o aldeas es donde mejor se conservan estas tradiciones que vienen desde siglos atrás festejándose , retrotrayéndose a aquellos tiempos de vida sana y tranquila donde eran como una gran familia.
Hoy les traigo esta fiesta de las flores que festejan en Campo Maior, un pequeño pueblo portugués que está muy cerca de Badajoz en Extemadura.
- Celebran La Fiesta de las Flores en honor de San Juan Bautista del 27 de agosto al 4 de de septiembre, desde 1893 cada dos o tres años año, consiguiendo que su humilde pueblo, sea como los que salen en los cuentos de hadas.
-Más de cien calles se engalanan con papeles de colores, haciendo una especie de toldo por donde el sol se filtra.
-La asociación de vecinos del pueblo han comprado una máquina cortadora que les corta las flores al tamaño deseado con pétalos troquelados para facilitarles el trabajo.
Llegan a hacer hasta 258 mil cortes por día en 2 turnos de operarios.
-Es tantísimo el trabajo que hay que hacer que la Asociación , contrata a unas 60 mujeres para que ayuden en los trabajos más sencillos, a los 4.300 voluntarios locales que son auténticos artistas.
-Las 24 toneladas de papel y los demás materiales rondan los 800.000 euros que debe pagar la Asociación .
-Las flores son de muchísimas formas diferentes y de diferentes tamaños.
-Consiguen una orgía de colores utilizando para ello más de 20 toneladas de papel.
-Los vecinos guardan celosamente el secreto de sus flores y nadie sabe cómo va a ir cada calle hasta que la ven engalanada.
_Son muy precavidos y hacen más del doble de flores de las que necesitan, y si llueve, al día siguiente, no hay problema, pues vuelven a tener otra vez flores, ya que no tienen que hacer más esfuerzo que colgarlas de nuevo.
_El pueblo se esfuerza mucho, pero en los días de fiesta los hoteles en un radio de 120 kilómetros durante 9 días, cuelgan los carteles de completos y muchos vecinos alquilan casa y habitaciones.
Imágenes de Campo Maior
Los frentes de las casa cubiertos con azulejos con estilo propio.
He visitado muchas veces Portugal y mi mayor placer era visitar esas pequeñas ciudades donde se respira un aire de paz y sosiego que hacían más grato el paseo. Además los portugueses son personas naturalmente amables y serviciales con los turistas, lo que hace más gratos los recuerdos que uno guarda de ellos.
Estaría muy bueno hacer una visita a este pueblecito encantador con sus habitantes verdaderos artistas, que saben sacar de su interior toda la creatividad que son capaces de volcar en los papeles de colores y embellecer las calles del lugar donde viven haciendo posible que todos disfruten por igual tanta belleza y haga posible que cada año se renueve la capacidad de asombro de quienes la visitan.
Un abrazo a todos y cada uno.
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