lunes, 16 de septiembre de 2013

DESIERTO DE SAHARA


Desierto del Sahara

Hablar del Sahara, es hablar de:sol abrasador, calor y frío. falta de lluvias, miles de kilómetros de arena, dunas, camellos, beduinos, oasis, palmeras ..., pero también de bellos paisajes, únicos e irrepetibles.

Hoy les traigo algo de ese lugar caliente e increíble que es el SÁHARA, con sus caravanas de beduinos y camellos, y algo de los TUAREG,ese pueblo nómade que hace mil años viven en este desierto.

El desierto más grande del mundo…

es el desierto del Sahara, que tiene más de 9,065,000 Km2, está localizado en el norte de África y tiene más de 2.5 millones de años. Su nombre significa"tierra dura".
Se extiende por el territorio de los siguientes países: Argelia, Marruecos, Sahara Occidental, Mauritania, Níger, Libia, Egipto y Chad.




A diferiencia de la creencia popular de que el desierto del Sahara está solo compuesto de arena, la verdad es que está compuesto en un 70% por planicies de grava, arena y dunas; el restante 30 % es arena.
El Sahara recibe menos de tres pulgadas de lluvia en un año (7,6 cm); Incluso en las áreas más húmedas del desierto podría llover dos veces en una semana, y no volver a llover durante años. En las áreas más secas pueden pasar quince o hasta veinte años sin llover. 
Sin embargo aquí un dato curioso: El 18 de febrero de 1979 nevó en el desierto del Sahara. Es la única vez que se tenga registrado tal hecho, increíble, ¿verdad?

OASIS
Lo que hace posible cruzar el desierto son los oasis,(Dios no abandona a sus hijos), ese lugar donde pueden encontrar la bendita agua y alimento que les permitirá reponerse del calor y cansancio que los agobia,aunque algunas veces el mismo cansancio los hace sufrir un ESPEJISMO( ver un oasis donde no lo hay).

Se pueden alimentar con los frutos de la palmera datilera, introducida por los árabes, es indispensable para la existencia del hombre en los oasis: los dátiles son un alimento muy energético, los troncos sirven para fabricar vigas, el follaje se utiliza para tejer cestas, cuerdas, esteras (trenzas) y el techo de las cabañas, además de proteger contra el Sol, los árboles frutales que, a su torre (vuelta), protegen los cultivos de hortalizas. 

Vegetación De la vegetación mediterránea que cubrió las montañas del Sahara antes de que se convirtiera en un desierto, queda sólo una adelfa y un ciprés del tassili, cerca del gueltas). Las plantas están adaptadas al medio ambiente para reducir la evaporación y aumentar la absorción de agua: hojas muy pequeñas, raíces muy largas capaces de hundirse en las capas más húmedas del subsuelo (acacias, tamarisco), acumulación de agua en los tejidos y hojas recubiertas con cera (suculentos), otras pierden sus raíces y se dejan transportar para absorber la humedad de la atmósfera, absorben la linfa de las raíces de otras ( Cystanche), pierden sus hojas en caso de aridez y las dejan crecer en temporada húmeda (zilla), convierten sus hojas en materia no comestible (manzano de Sodoma),…

Podemos encontrar algunos arbustos aislados (tamariscos, acacias) en el lecho de los ríos. Los raros aguaceros pueden arrastrar el retoño (crecimiento) de un prado (pradera) flaco y temporal, el acheb, buscado (investigado) por los nómadas. 
En estos lugares puede haber pequeños asentamientos habitados.

CAMELLOS
Animales creados por Dios para que el hombre del desierto pueda desplazarse por aquellas interminables distancias resecas.


Los camellos del SÁHARA, fueron introducidos por primera vez en la época romana.

Transporte

Sin camello es imposible vivir en el desierto. A partir de los tres años, y después de un largo trabajo para domarlos, los montan. Usan delicadas sillas que colocan colgadas de la joroba del animal. En pequeñas carreras lo van familiarizando con los distintos pasos: trote corto, trote largo. Finalmente, se castran para que sean una montura dócil y se les agujerea la nariz para pasar una tira de cuero; es como la brida de los caballos.
El camello puede vivir hasta veinticinco años. Aguanta siete días sin agua y hasta 50 kilómetros por día con su paso lento y bamboleante, con una carga de 150 a 200 kilos.



La relación del hombre con los camellos es muy antigua. El camello es denominado “la nave del Sahara”, es una descripción ideal que compagina perfectamente con este ser debido a su capacidad de suportar las dificultades y la sed en medio del calor del Sahara, atravesando los desiertos en compañía de su amo.

Los saharauis estiman mucho a los camellos. Actualmente nadie puede olvidar el papel que desempeñaban los camellos en la vida de los antecesores ya que representaban su pan de vida y su medio de transporte…

Los camellos ocupan desde siempre un lugar privilegiado en la vida socioeconómica de la sociedad saharaui.(como acá lo son los caballos para el hombre de campo) Son seres pacienzudos que se adaptan fácilmente a las duras condiciones del Sahara según un régimen pastoral primitivo o semi-primitivo. Generalmente, se caracterizan por su tranquilidad, su inteligencia, su paciencia y su capacidad a superar las difíciles condiciones del Sahara. 

Lo comparten todo con sus amos. Cuando sienten el deseo de sus dueños de marcharse por miedo a un peligro, regalan sus oídos y alargan sus cuellos buscando la fuente del peligro y aceleran sus pasos. A veces, son ellos que advierten el peligro a sus amos dirigiéndose hacia el lado por donde procede el enemigo. Por ello, el camello desempeña un papel muy importante en la vida beduina en general, y aquella del hombre saharaui en particular. 


Su anatomía muestra todo tipo de adaptaciones a la vida en los desiertos cálidos y arenosos donde vive: las rodillas y tobillos tienen callosidades que las hacen más resistentes al ardor de la arena cuando se sientan, sus pestañas largas y finas mantienen los ojos a salvo de que les entre arena, y en la joroba mantienen un depósito de grasa del que pueden nutrirse e incluso generar agua si es necesario. Su capacidad de resistencia ante la deshidratación los ha hecho unos animales muy valiosos en el desierto. El dromedario puede llegar a beber hasta 150 litros de agua en muy poco tiempo.


Los tuareg del Sahara , los pastores del desierto


Este pueblo andante del desierto del Sahara se desplaza por las arenas de Argelia, Níger, Nigeria, Malí, Burkina Faso y Libia, países del norte africano. Es un pueblo de cerca de 1.400.000 personas dedicadas al comercio entre puntos distantes del desierto, al pastoreo y a la agricultura. La temperatura cambia en un solo día: desde 54° centígrados a temperaturas de heladas en las noches.

Cada mañana, montadas en sus asnos, las mujeres tuareg –tribus de pastores seminómadas que habitan en el desierto del Sahara en el África– parten hacia los pozos y charcas a traer el agua. Los pozos, las fuentes y los pantanos guardan el agua de la época de lluvias; hay también estanques que recogen el agua que sale a borbotones en medio de rupturas en la roca del desierto. Sacan el líquido y van llenando el odre –saco de cuero de cabra– sujeto con cuerdas al lomo del asno.
 Los tuareg llevan más de mil años viviendo en este desierto
Antes vivían en campamentos. Hoy muchos se han instalado en pueblos de casas de adobe rudimentario, agrupadas alrededor de un pozo. Antes podían recorrer 1.500 kilómetros buscando pasto para sus animales: vacas y bueyes, camellos, numerosas cabras y ovejas.

Encienden el fuego al romper el día, para hervir el té y mitigar el frío.
  La primera tarea de los hombres es ordeñar vacas y camellas. Este último es un oficio complicado. Son animales tan altos, que toca hacerlo entre dos o tres hombres: mientras uno sostiene el recipiente, los otros dos ordeñan. A veces, es necesario sujetarlas fuertemente para ordeñar sin peligro. La mujer que ordeña probablemente no tiene marido, hermano ni hijo.
Las vacas –cebúes de talla mediana– son dejadas en libertad y regresan al atardecer junto a la tienda de su propietario. Los terneros y los cabritos son cuidados por pastores expertos. Cada animal pertenece a una persona, pero son administrados en común. El ordeño de cabras y ovejas lo hacen en la tarde. Es oficio de los muchachos. Ellos también, antes de que caiga la noche, amarran a corderos, cabritos y crías de camello de una larga cuerda tendida entre dos estacas. Los rodean con un afarag –cercado espinoso– que los protege de las fieras.

El té en el desierto


Cuando cae la noche, es la hora de reunirse alrededor del té y de los cuentos. La mayoría de las narraciones tiene una enseñanza y a veces terminan en una moraleja. Casi todos los tuareg saben componer versos y entablan duelos poéticos. Los jóvenes se lanzan puyas que hay que saber responder con elegancia. Los grandes poetas tienen por socio a un enabald, que se aprende de memoria sus poemas y los interpreta correctamente. Este socio es, además, confidente del poeta, le ayuda y critica cuando compone sus versos. Un gran poeta suele tener varios asociados a lo largo de su vida, para garantizar la transmisión de sus poemas generación tras generación.

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El tema de hoy ha sido muy extenso, como extenso es el Sáhara.
Espero no haberlos cansado.
Un abrazo a todos y cada uno. 



 

 




 

 











































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