Voy a compartir cn Uds. uno de los tantos escritos que me envía desde Granada mi amigo el escritor, poeta y periodista español Victor Corcoba Herrero. Su tema son las flores, y como estamos en el inicio de la primavera creo que es oportuno publicarlo.
COMPARTIENDO DIÁLOGOS CONMIGO MISMO
EL LENGUAJE DE DIOS EN LAS FLORES
Hoy me he propuesto
llamar a la luz para envolverme de su épica.
Me gusta crecerme
entre sus esbeltos tulipanes y recrearme con ella.
Todo es claridad,
sólo hay que saber vestirse de armónicas auroras.
Y en todo está
Dios, reconozcámoslo en la verdad y en la bondad.
Aunque no hayamos
sabido reconocerle, Él nos lleva en su costado.
Necesitamos de su
presencia para sentirnos vivos y poder suspirar.
Que los suspiros
mecen el corazón y también adormecen los odios.
Cuidémonos de los
tropiezos, puesto que en su culpa portan la pena.
Es cuestión de
discernir caminos y de poner oído a su voz callada.
En este encallado
mar de soledades se percibe la brisa del Creador.
Dejémonos sorprender,
en la llanura intensa de los días, por su paz.
Que es refugio de
gozos, ya que todo puede gozarse en esta calma.
Sí Dios es un
infinito mar de sosiego, que lo es, ¡serénanos Señor!.
Encamínanos hacia la
morada y haznos comprender el verbo.
Encáuzanos hacia la
fuente y haznos manantial de eterna vida.
Guíanos con tu
aliento y abriguémonos con el manto de las flores.
Únicamente las
flores, con ser flores, saben que Dios les asiste.
Porque Dios que es
todo, con ser de todos, sabe que es lo
más.
Lo más grande en el
amor y en el amar también lo más sublime.
¡Volvamos, pues, al
jardín de los sueños para alzar el vuelo al edén!
Un abrazo a todos y cada uno
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