El amor universal como camino hacia la paz
Se conoció el resultado del concurso y acá están los dos primer premio.
AMOR COMO CAMINO
Para llegar, para alcanzarla.
Para tocar su ruedo poderoso,
obedecer su cielo de palomas,
sostener con un hilo alborotado
su cintura de viento y de raíces.
Para que nazca el trigo, y el vino sea dulce,
y todos los caminos
conduzcan a sus ojos de gacela,
a su camisa tibia,
a su garganta desencadenada,
a su palabra húmeda de pájaros.
Para que ondeen las sábanas más puras,
se cueza el pan más blando
y todos los crepúsculos se vistan de canciones,
de alas, de esperanza.
Para llegar, para alcanzarla.
Para tocar la espuma de su orilla,
recitar su marea,
comulgar con sus peces y sus olas,
remontar sus gaviotas.
Para que el niño ría, y el hombre sea abrazo,
y todos los jardines
sean el escenario de las manos recíprocas,
del sol como destino,
del beso de los frutos,
de la palabra santa.
Amor como proyecto.
Amor como propuesta.
Amor como promesa.
Amor como camino.
Para llegar, para alcanzarla.
Para nombrarla con la lengua más dulce.
Para acunarla.
Para siempre.
Paz.
Raquel Graciela Fernández
Avellaneda - Provincia de Buenos Aires - Argentina
Nacida en Avellaneda en 1967. Recibió más 70 premios nacionales por su actividad poética, otorgados por prestigiosas instituciones nacionales e internacionales. Es autora de seis poemarios: “Ojos que miran el cielo”, “Revelaciones”, “Todos los hombres que me amaron”, “Hermano”, “La antigua enfermedad del otoño” y “Cierta condición nocturna”. Cinco de ellos fueron publicados por distintas editoriales gracias a la obtención de primeros premios.
EN BUSCA DE LA PAZ
En busca de la paz
salí a buscar a Dios esperanzada.
Iba dispuesta a hallarlo.
Ciego afán desmedido, incontrolado,
ciclópeo, de abrazar lo inaccesible
en bien de los humanos.
Palpé la cruz, los clavos, los traidores,
el sepulcro vacío. Hasta el sudario.
Salí a buscar a Dios una mañana.
Van más de dos mil años.
Hallé a Jehová, al Corán,
a Buda, al rayo,
al fuego, al amuleto.
A Osiris y a Mahoma.
A Alá y a los cruzados...
Iglesias, y pagodas, y santuarios.
Y miles de creyentes.
Infinitos.
Corvos, ensimismados,
poseídos,
de rodillas, orando…
En busca de la paz
salí a buscar a Dios esperanzada.
Van más de dos mil años.
Y lo he encontrado hoy,
tan de improviso.
Tan, tan cerca,
que pude acariciarlo.
Y el mensaje es unívoco, preciso:
La paz, la paz será posible
cuando todos los hombres
se den la mano.
Amanda Marta Urcola
Lincoln – Provincia de Buenos Aires - Argentina
Docente, escritora, artista plástica, creadora de cortos de dibujos animados para niños. Obtuvo numerosos premios literarios y publicó libros para niños y para adultos. Es fundadora y directora del Museo Enrique Urcola, primer museo argentino de arte infantil y del carnaval artesanal.
Un abrazo a todos y cada uno.
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