Este es el título de uno de los varios cuentitos que recorte´ de unas revistas en Galicia. Veo en ellos mucha esencia y los quiero compartir con Uds.
El saco de carbón
El saco de carbón
Un día, Jorgito entró a su casa dando patadas y gritando muy molesto:
" ¡ Papa´, estoy muy enfadado con Pedrito!. ¡ Me ha humillado delante de mis amigos! ¡ Ojalá le pase algo malo que le impida volver al colegio!, siguió exclamando el niño. Su padre, entonces, fue a buscar un saco de carbón que tenía en el garaje y lo sacó al jardín.
" Ven Jorgito. ¿ Ves aquella camisa de allí, en el tendedero?. Imagínate que es Pedrito y que cada trozo de carbón es un mal pensamiento que va dirigido a él. Tírale todo el carbón del saco", le dijo. El niño se lo tomó como un juego y comenzó a tirar los carbones, pero, como la camisa estaba lejos, pocos acertaron en el blanco.
Cuando su padre volvió, le preguntó como se sentía y el pequeño respondió: " Cansado pero alegre. Le di a la camisa con algunos trozos". " Ahora, acompáñame", le ordenó su padre, que puso al niño frente a un espejo. Jorgito se llevó un buen susto porque todo él estaba de color negro.
"Como has visto, la camisa ha quedado un poco sucia pero nada comparable a cómo has quedado tú.
La lección, hijo mío, es que el mal que deseamos a otros nos vuelve siempre de forma multiplicada" le dijo, con la esperanza de que Jorgito se diera cuenta de que tener malos pensamientos es algo inútil, que acaba perjudicándonos.
A esto también se le llama" Ley de causa y efecto".
Por eso tenemos que tener mucho cuidado con lo que pensamos, ya que es una Ley Universal que no nos perdona. Se cumple inexorable. Por eso debemos estar llenos de buenos pensamientos hacia todo lo que nos rodea, porque es una energía de mucho poder. Si logramos estar atentos a ello cada día, se derramarán sobre nosotros las bendiciones y lograremos ser felices.
" ¡ Papa´, estoy muy enfadado con Pedrito!. ¡ Me ha humillado delante de mis amigos! ¡ Ojalá le pase algo malo que le impida volver al colegio!, siguió exclamando el niño. Su padre, entonces, fue a buscar un saco de carbón que tenía en el garaje y lo sacó al jardín.
" Ven Jorgito. ¿ Ves aquella camisa de allí, en el tendedero?. Imagínate que es Pedrito y que cada trozo de carbón es un mal pensamiento que va dirigido a él. Tírale todo el carbón del saco", le dijo. El niño se lo tomó como un juego y comenzó a tirar los carbones, pero, como la camisa estaba lejos, pocos acertaron en el blanco.
Cuando su padre volvió, le preguntó como se sentía y el pequeño respondió: " Cansado pero alegre. Le di a la camisa con algunos trozos". " Ahora, acompáñame", le ordenó su padre, que puso al niño frente a un espejo. Jorgito se llevó un buen susto porque todo él estaba de color negro.
"Como has visto, la camisa ha quedado un poco sucia pero nada comparable a cómo has quedado tú.
La lección, hijo mío, es que el mal que deseamos a otros nos vuelve siempre de forma multiplicada" le dijo, con la esperanza de que Jorgito se diera cuenta de que tener malos pensamientos es algo inútil, que acaba perjudicándonos.
A esto también se le llama" Ley de causa y efecto".
Por eso tenemos que tener mucho cuidado con lo que pensamos, ya que es una Ley Universal que no nos perdona. Se cumple inexorable. Por eso debemos estar llenos de buenos pensamientos hacia todo lo que nos rodea, porque es una energía de mucho poder. Si logramos estar atentos a ello cada día, se derramarán sobre nosotros las bendiciones y lograremos ser felices.
Un abrazo a todos y cada uno
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