Con motivo de la Semana de la Amistad se me ha ocurrido reflexionar un poco sobre este tema desde mi punto de vista.
Pienso que al elegir un amigo(a) tenemos que ser como las mariposas y las abejas, ellas no buscan la flor más linda del jardín, sino aquella que tiene mayor contenido.
refugio, nuestra piedra de salvación, el puerto seguro en el que podemos anclar.
Un amigo es aquél que nos escucha en silencio, nos comprende, el que nos alienta en nuestros desalientos y nos tiende la mano para levantarnos cuando caemos.
Un amigo (a) es el que nos acompaña en nuestras alegrías y tristezas, en la abundancia y en la escases. Es el que nos acepta como somos sin querernos cambiar a su conveniencia.
Por eso, no dejemos que crezca la maleza en el camino que nos lleva a la casa de nuestro amigo (a).
Amigos podremos tener muchos, pero siempre hay uno (a) que es el AMIGO con mayúscula, y cuando parte de este mundo queda un hueco difícil de llenar, es sentirte desamparada al no tener a ese ser al cual le confiabas tus grandes y pequeñas cosas, se te cierra una puerta para siempre. Nos queda el recuerdo de nuestra hermosa amistad, que en mi caso, era desde la niñez. Me queda el perfume de tantos años de vida compartidos.
Un AMIGO va más allá del tiempo y la distancia porque es una unión de almas que han compartido ese tiempo marcado por la Vida.
Un abrazo a todos y cada uno.
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