...se está haciendo presente lentamente extendiendo su manto de paz y tímido cambio de coloración en el follaje de los árboles. Creo que el Otoño me gusta más que la Primavera, a pesar que amo el verdor y los vivos colores que ésta nos regala; tal vez sea por mi ancianidad que disfruto más del remanso que nos trae esta hermosa estación, la serenidad de sus días con un sol no tan agresivo..., es que hay una quietud que nos envuelve y nos va preparando para el Invierno. Me aquieto por dentro y por fuera, como dice la ley del Kybalión: "como es adentro es afuera" o viceversa.
Los bellisimos colores que nos regala el señor Otoño son propias de la estación y es un deleite ver cuando las hojas se desprenden de las ramas, van danzando al son de una melodía que nuestros oídos no pueden percibir porque son tocadas por los devas de la Naturaleza solamente para ser escuchadas por ellas, quienes generosas se reintegran a la tierra para enriquecerla y de ésta manera seguir haciendo servicio.
Aprendamos de ellas.
Un abrazo a todos y cada uno.
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