LUCIÉRNAGAS
Les era difícil controlarlos, pues en las noches de verano se iban a jugar a "las escondidas" con sus primos y amigos, y tardaban en volver junto a sus padres.
Algunos de ellos muy traviesos, cuando oían la voz de la mamá que los llamaban ,apagaban sus "linternitas"para que ella no los viera y así podían seguir jugando un rato más.
Una noche vino una fuerte tormenta y no tuvieron tiempo de volver junto a ellos ya que se habían alejado mucho de donde vivían.
¡Qué arrepentidos estaban!; pensaban en sus hermanitos que estarían todos juntos y ellos ¡solitos!, tratando de que el viento y la lluvia no los arrastraran ...
Cuando la tormenta pasó, prendieron sus "lamparitas" y pudieron volver a la casa muy arrepentidos de su desobediencia. Sus hermanitos los recibieron con alegría y sus padres aliviados al verlos sanos y salvos,pero los dejaron sin salir varias noches para que aprendieran a obedecerlos.
Desde ese día cada vez que oían a la mamá llamarlos iban enseguida junto a ella, pues habían aprendido la lección.
Y colorín colorado, este cuentito se ha acabado.
Y colorín colorado, este cuentito se ha acabado.
JUGANDO
Cuando era niña me gustaba jugar
con "bichitos de luz".
Por ellos corría presurosa
en las noches tranquilas
con perfume de rosas
y mientras reía mis pies volaban
tras esas linternitas
cuyo mágico titilar me encantaba
y cuando dormía, con ellas soñaba.
Un abrazo a todos y cada uno.
Un abrazo a todos y cada uno.
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