Dos amigos...
Cuando llegaban se encontraban con otros como ellos, ya que concurrían más niños que vivían lejos. Cada uno contaba lo suyo, anécdotas de su andar, algunos ya habían traído a otros integrantes de la familia, así que al camino se lo sabían de memoria.
"Yo - dice Veloz- también soy muy querido y protegido por esta familia; vivo feliz con los demás animales de la granja; me divierto escuchando sus conversaciones; cuando regraso de la escuela me esperan para saber como me ha ido. La vida en el campo es muy hermosa, ya que se vive en completa libertad. Los espacios son ilimitados se escucha el canto de los pájaros y, cuando quienes nos tienen son personas cariñosas con los animales, todo el trabajo que hagamos no nos pesa, ya que devolvemos con gratitud sus cuidados.
Había una vez dos amiguitos- Pepito y Luisito- vivían en el campo y concurrían a la misma escuela. Como esta les quedaba distante, iban montados en sus petisos -Congo y Veloz - que los llevaban trotando alegremente.
Si contentos iban los niños, también lo iban Chongo y Veloz, pues se habían hecho muy amigos y en su idioma dialogaban mientras iban camino a la escuela.
Cuando llegaban se encontraban con otros como ellos, ya que concurrían más niños que vivían lejos. Cada uno contaba lo suyo, anécdotas de su andar, algunos ya habían traído a otros integrantes de la familia, así que al camino se lo sabían de memoria.
Chongo contaba de su vida en la casa de Pepito:-"donde vivo es un lugar muy lindo; Pepito tiene más hermanos y todos me han montado y se divierten mucho conmigo. Me miman,me cuidan, y estoy para que me utilicen en pequeños trabajos y para llevar a los niños de la casa a la escuela, a medida que van creciendo".
"Yo - dice Veloz- también soy muy querido y protegido por esta familia; vivo feliz con los demás animales de la granja; me divierto escuchando sus conversaciones; cuando regraso de la escuela me esperan para saber como me ha ido. La vida en el campo es muy hermosa, ya que se vive en completa libertad. Los espacios son ilimitados se escucha el canto de los pájaros y, cuando quienes nos tienen son personas cariñosas con los animales, todo el trabajo que hagamos no nos pesa, ya que devolvemos con gratitud sus cuidados.
- Recuerdo muy bien una vez que metí una pata en una cueva de hormiguero y me manqué, ahí vi todo el amor que sentían por mí, me cuidaron hasta que estuve bien".
- "A mi también - dice Chongo-, además de darme bien de comer, en invierno me cubren con una manta y duermo en un cobertizo. Cualquier malestar que ven en mí, llaman al veterinario que viene a un tambo vecino.
En verdad que somos afortunados, no todos caen en manos de personas tan consideradas con los animales.
Y así, conversación va y viene, Chongo y Veloz disfrutan de lo que hacen, porque lo hacen con alegría de servir.
Los animales necesitan de nosotros y nosotros de ellos.
Si damos amor, ellos nos lo devuelven multiplicado.
Y... colorín colorado este cuentito se ha acabado CON UN ABRAZO A TODOS Y CADA UNO.
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