En Uruguay hace cuatro días que llueve copiosamente y con aspecto de seguir otro tanto, esto hace que se detenga mi diario trajinar en el jardín ; debo cuidarme para evitar algún fuerte resfriado o algo mayor.
Pero antes les traigo algunas imágenes del día de hoy sacadas por mi amada hija que llegó desde Mdeo a visitarme y hacerme compañía.
Pero antes les traigo algunas imágenes del día de hoy sacadas por mi amada hija que llegó desde Mdeo a visitarme y hacerme compañía.
Florida vestida de otoño acompaña la abundante lluvia.
En todo hay belleza
Con tanta lluvia que me impide andar en el jardín, tejo mucho al crochet y doy muchas vueltas por la casa, y como siempre termino con mis amados libros en las manos, entre ellos encontré una guía de un viaje a Pompeya que tuve la oportunidad de conocer hace unos años.
Pompeya
Erupción del Vesubio
Para el momento de la erupción del Vesubio en la ciudad de Pompeya vivían aproximadamente allí unas 25000 personas. Algunas semanas antes del catastrófico suceso varios terremotos afectaron a la ciudad.
Muchos de los ciudadanos abandonaron la misma por miedo a nuevos temblores y la mayoría de ellos se salvaron para el momento de la erupción. A pesar de esto, más de dos mil fueron las víctimas de la ciudad de Pompeya.
Además de Pompeya otras dos ciudades sufrieron de este desastre: Herculano yEstabia. Estas dos ciudades también yacían a la ladera del volcán y sufrieron las enormes consecuencias.
Pompeya: la ciudad congelada
Gracias a la gran capa de cenizas que cubrió todo, la ciudad se mantuvo escondida y olvidada durante casi 17 siglos. Hasta el año 1738 Herculano no fue descubierta, cuando un granjero de la zona encontró uno de los edificios emergiendo de la tierra.
En 1756 los exploradores y arqueólogos encontraron la gran ciudad de Pompeyagracias a una serie de manuscritos que relataban su ubicación.
Esta ciudad se mantuvo congelada, conservando así decenas de pinturas, edificios, esculturas y otros objetos en impecables condiciones. Sin embargo, lo más aterrador de todo es que muchas personas quedaron petrificadas en la posición en la que se encontraban antes de morir.
Hubo testigos de esta catástrofe, entre ellos Plinio el Joven quien le escribe una carta a su querido Tácito contándole sobre esta tragedia.
Un abrazo a todos y cada uno.
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