Hoy reina una gran alma; los ánimos exaltados de ayer
festejando la llegada de un nuevo año se han calmado; hay un silencio profundo como para tomar consciencia que cada uno debe de construir un nuevo escalón en la escalera de la vida, un escalón hacia lo alto, forjando un mundo lleno de buenos propósitos, con metas muy elevadas para lograr que esta humanidad que sufre por sus propios errores, mire hacia arriba pidiendo ayuda, y con ello, pueda lograr la tan ansiada paz interior que hace posible hallar la felicidad. Depende de cada uno de nosotros que esto suceda.
Un abrazo a todos y cada uno.
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