Nuestro pequeño país eminentemente agrícola-ganadero, ya hace meses que viene sufriendo una gran sequía; a veces regada por alguna escasa lluvia en distintas partes del país, que, frente a la resequedad de la tierra por las altas temperaturas, es apenas un rocío.
Esta situación ha sido motivo de lo escrito.
Esta situación ha sido motivo de lo escrito.
UNIR EL CIELO Y LA TIERRA
En estos momentos tan dramáticos que está viviendo el
Uruguay, en que la
Naturaleza nos niega el agua, creo que como nunca miramos el
Cielo.
Lo miramos en busca de las nubes oscuras que nos anuncien
una lluvia salvadora. Miramos el Cielo porque antes hemos mirado la tierra, de
la que han desaparecido las pasturas y en su lugar se ven raíces secas junto
con las heridas abiertas por falta de agua. Son bocas sedientas, que
claman al Cielo el bálsamo que las cerrará y que devolverá a la tierra
su superficie verde, y jugosa en pasturas que tanto se necesita.
Miramos nuestra cañadas y arroyos con dolor y elevamos los
ojos al Cielo clamando ayuda.
Este pequeño y maravilloso país está sufriendo. No solo
sufre el hombre, que ve desaparecer su sustento, sino que sufre la Madre Tierra y todo lo que la
habita.
¿ Es esto un holocausto de los Reinos ; ¿ a este sacrificio
lo hacen para trasmitirnos algún mensaje?.
¡ Tanto nos ama Dios-Padre que nos sacrifica para hacernos
entender lo que debemos cambiar!; que no ha sido correcta nuestra actitud
frente a los Reinos; que estamos cometiendo faltas que debemos corregir. Hemos
dilapidado lo que se nos dio en abundancia. Mientras que en otros países el
exceso de lluvias destruye y entierra poblaciones, nosotros estamos siendo
destruidos por falta de ella.
Ellos también unen
con su mirada el Cielo y la tierra pidiendo que deje de llover. Todos hemos
cometidos faltas y los Reinos y los de la Naturaleza nos lo hacen ver de la forma que más
nos duele. ¿ QUÉ TENEMOS QUE APRENDER?. No hay duda que hemos hecho mal uso de
la riqueza que se nos ha dado.
Aprendamos a usarla correctamente sin ambicionar lo
perecedero. Usemos el oro líquido que es el agua, no solo la de la superficie,
sino también el agua de sus napas, ya que COMO ES ARRIBA ES ABAJO. Dejemos de
plantar eucaliptos ( en otros paises declarados plaga nacional) que en poco
tiempo su venta llena las arcas de unos pocos; tengamos CONCIENCIA de que ella
puede ser extraída para beneficio de los cultivos, del ganado y de las familias
que viven en el campo cuyos pozos se secan y deben muchas veces desplazarse con
gran sacrificio a grandes distancias para acceder a ella.
Que entre el Cielo y la tierra esté el corazón del Hombre
gobernando nuestro Ser, para así ACTUAR CON CONCIENCIA y no tener que aprender
a través de dolorosas lecciones como ésta que estamos viviendo.
SEQUÍA
La sequía tiene nuestros campos yertos...
todo se entristece...la tierra se agrieta...
se silencia el viento...
Los campos nos hablan de sueños deshechos. Todo se transforma...
El rostro del hombre en su soledad
se llena de surcos como su heredad...
El cielo nos niega su dulce libar
¡es culpa del hombre que en su terquedad
castiga la tierra sin mirar atrás!
La sequía tiene nuestros campos yertos...
Miremos adentro de nosotros mismos
si se ha secado el contenido
del Agua de Vida que nos diera el Hijo
para alimentarnos regando este suelo
con buenas acciones como se merece
y no verla sufriendo como ahora acontece.
Que como José, sepamos leer en las señales para tomar las
previsiones necesarias y evitarnos tanto sufrimiento.
Un abrazo a todos y cada uno.
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