Hoy les traigo una maravillosa historia de amor entre un hombre y un águila.
Aunque ocurrió ya hace algunos años su valor no decrece porque el amor es lo único que nos salva y nos hace crecer como seres humanos, y, en este relato hecho por el protagonista podemos ver que a los animales también Dios los ha imbuídos de ese divino sentimiento que es el amor
Ellos también saben recibir y devolver multiplicado - como en este caso - un amor que cura el cuerpo y el alma de quien tanto amor le dio a través de las horas y días que empleó en ella para que se recuperara.
Como siempre lo estoy diciendo a través de este blog: demos amor y nuestra vida será una bendición.
Sobre todo a nuestros" hermanos menores", ellos no saben hablar, pero saben demostrarlo a su manera, como la protagonista de esta historia.
Para el verano 2008, Libertad y yo hemos llevado 10 años juntos.
Ella llegó hasta mí siendo una aguilucha, en 1998, con las dos alas rotas, especialmente la izquierda, que no podía desplegar en absoluto, aún después de haberle practicado cirugía.
Su ala estaba rota en cuatro sitios.
Ella es mi niña
Cuando Libertad llegó a nuestro Centro de Rehabilitación Animal no se sostenía sobre sus patas.
Estaba flaca, llena de piojos y parecía que su final era eminente.
Pero decidimos darle la oportunidad de vivir y superar esa condición tan dramática. A partir de ese momento, me hice cargo de ella todo el tiempo.
La pusimos en una jaula para perros, "acolchada" como si se tratase de un nido.
Estaba tan mal, que parecía no responder a ningún cuidado.
Yo le hablaba durante horas todos los días y la animaba a luchar por su vida.
Ella permanecía echada y sólo me miraba con sus grandes ojos marrones.
Teníamos que alimentarla por un tubo, ya que no respondió picar la comida.
Era lastimoso verla tan destrozada.
Libertad estuvo en esa situación tan lamentable por espacio de 6 semanas que parecían interminables.
Mis compañeros del Centro de Rehabilitación me dijeron que había que pensar en la eutanasia si no se ponía en pie, porque no podíamos cruzar el límite entre "reabilitación" y "tortura".
Sin embargo, yo me resistía a perderla.
Mis colegas me habían hablado de "programarla" para el viernes de la semana siguiente si no lograba sostenerse en pie.
Llegó el jueves y al día siguiente habría que ejecutar la decisión que se había tomado una semana atrás.
Yo estaba tan desolado que no sentía deseos de acudir al Centro porque no soportaba la idea de la eutanasia para mi pobre y bella amiga Libertad.
No obstante, me vestí con desgana y fuí.
Cuando llegué al Centro todo el mundo me saludaba con una sonrisa de oreja a oreja.
Fuí inmediatamente a mirar la jaula de Libertad y ... ¡allí estaba! ¡en pie! ¡una grande y hermosa águila!.
¡Fue maravillosa verla dispuesta a vivir!.
Estuve a punto de hecharme a llorar de alegría. Fue un gran día.
Sabíamos que ella nunca podría volar; pero aún así, decidimos entrenarla con el guante y una tiras de cuero para rehabilitarla y recuperarla al máximo posible sus alas.
Inundamos los periódicos, las radios y hasta un programa de TV con nuestra historia.
En la primavera del 2000 fuí diagnosticdo de un linfoma de grado 3. Esto significa que tenía un órgano principal afectado y metástasis en el resto.
Me darían quimioterapia durante 8 meses seguidos para reducir al máximo la extensión de la enfermedad, pero si no funcionaba la terapia, tendrían que hacerme un transplante de médula ósea.
Perdí todo el cabello.
Muchas noches soñaba con Libertad, volando majestuosa hacia mí y mirándome con fijeza y atención como queriendo darme ánimos con su ejemplo.
Echaba mucho de menos el trabajo, así que en cuanto me sentía un poco más fuerte, iba a ver a Libertad al Centro.
Ellos también saben recibir y devolver multiplicado - como en este caso - un amor que cura el cuerpo y el alma de quien tanto amor le dio a través de las horas y días que empleó en ella para que se recuperara.
Como siempre lo estoy diciendo a través de este blog: demos amor y nuestra vida será una bendición.
Sobre todo a nuestros" hermanos menores", ellos no saben hablar, pero saben demostrarlo a su manera, como la protagonista de esta historia.
Para el verano 2008, Libertad y yo hemos llevado 10 años juntos.
Ella llegó hasta mí siendo una aguilucha, en 1998, con las dos alas rotas, especialmente la izquierda, que no podía desplegar en absoluto, aún después de haberle practicado cirugía.
Su ala estaba rota en cuatro sitios.
Ella es mi niña
Cuando Libertad llegó a nuestro Centro de Rehabilitación Animal no se sostenía sobre sus patas.
Estaba flaca, llena de piojos y parecía que su final era eminente.
Pero decidimos darle la oportunidad de vivir y superar esa condición tan dramática. A partir de ese momento, me hice cargo de ella todo el tiempo.
La pusimos en una jaula para perros, "acolchada" como si se tratase de un nido.
Estaba tan mal, que parecía no responder a ningún cuidado.
Yo le hablaba durante horas todos los días y la animaba a luchar por su vida.
Ella permanecía echada y sólo me miraba con sus grandes ojos marrones.
Teníamos que alimentarla por un tubo, ya que no respondió picar la comida.
Era lastimoso verla tan destrozada.
Libertad estuvo en esa situación tan lamentable por espacio de 6 semanas que parecían interminables.
Mis compañeros del Centro de Rehabilitación me dijeron que había que pensar en la eutanasia si no se ponía en pie, porque no podíamos cruzar el límite entre "reabilitación" y "tortura".
Sin embargo, yo me resistía a perderla.
Mis colegas me habían hablado de "programarla" para el viernes de la semana siguiente si no lograba sostenerse en pie.
Llegó el jueves y al día siguiente habría que ejecutar la decisión que se había tomado una semana atrás.
Yo estaba tan desolado que no sentía deseos de acudir al Centro porque no soportaba la idea de la eutanasia para mi pobre y bella amiga Libertad.
No obstante, me vestí con desgana y fuí.
Cuando llegué al Centro todo el mundo me saludaba con una sonrisa de oreja a oreja.
Fuí inmediatamente a mirar la jaula de Libertad y ... ¡allí estaba! ¡en pie! ¡una grande y hermosa águila!.
¡Fue maravillosa verla dispuesta a vivir!.
Estuve a punto de hecharme a llorar de alegría. Fue un gran día.
Sabíamos que ella nunca podría volar; pero aún así, decidimos entrenarla con el guante y una tiras de cuero para rehabilitarla y recuperarla al máximo posible sus alas.
Inundamos los periódicos, las radios y hasta un programa de TV con nuestra historia.
En la primavera del 2000 fuí diagnosticdo de un linfoma de grado 3. Esto significa que tenía un órgano principal afectado y metástasis en el resto.
Me darían quimioterapia durante 8 meses seguidos para reducir al máximo la extensión de la enfermedad, pero si no funcionaba la terapia, tendrían que hacerme un transplante de médula ósea.
Perdí todo el cabello.
Muchas noches soñaba con Libertad, volando majestuosa hacia mí y mirándome con fijeza y atención como queriendo darme ánimos con su ejemplo.
Echaba mucho de menos el trabajo, así que en cuanto me sentía un poco más fuerte, iba a ver a Libertad al Centro.
Hacia finales de Noviembre, después del Día de Acción de Gracias, fuí al médico a realizarme las últimas pruebas para saber si tendrían que hacerme el transplante.
Los resultados fueron asombrosos: me dijeron que el cáncer ¡estaba curado!.
Lo primero que hice al conocer la buena noticia fue ir a ver a mi niña para llevarla a pasear.
El día era brumoso y hacía frío. La llevé a lo alto de la colina para que hiciera su hermoso vuelo. Yo no le había dicho nada a Libertad sobre mi salud,sin embargo, ella "sabía".
Cuando la dejé libre para que volase en los alrededores, ella me miró, extendió sus alas y las cerró sobre mí. Fue un abrazo, un momento mágico e irrepetible que no sé cuánto duró.
Sólo sé que sentí sus enormes alas presionando sobre mi espalda y apoyó su pico sobre mi nariz en un gesto de afecto casi humano.
Me miró directamente a los ojos y estuvimos así un rato.
Entendí que,de algún modo,ella supo cuánto me había pasado y era su forma de recompensarme y alentarme.
Comprendí que éramos "almas gemelas" desde el mismo momento en que ella llegó al Centro, pero no sabía hasta que punto un alma libre como ella, era capaz de trasmitir tanta fuerza y tanta belleza.
En varias ocasiones han vanido al Centro personas enfermas y ella se comporta con una delicadeza especial.
Es algo mágico y miserioso.
Una vez vino al Centro un enfermo terminal.
Cuando estaba visitando a Libertad sus piernas se debilitan, y en ese momento se la estaban colocando sobre su mano enguantada.
Esta persona dijo sentir el poder y la fuerza especial que emanaba de Libertad y cómo sus piernas se fortalecían y volvía a sentir la energía suficiente para no caer de rodillas.
Hay muchas historias, pero me sería imposible contarlo en tan poco espacio.
Jamás olvidaré el honor de sentirma tan cercano a un espíritu libre tan magnificente como Libertad.
Jeff Guidry
Creo que esta historia hace que nuestros corazones se sientan más cerca de Dios, porque comprobamos que Su Amor existe en toda la Creación ... pero tenemos que saber verlo.
***********
Ya que estamos hablando de águilas, acá les traigo esto para completarlo y así conocer un poco más esta criatura del Reino Animal.
Espero les haya gustado. Un abrazo a todos y cada uno.
Me miró directamente a los ojos y estuvimos así un rato.
Entendí que,de algún modo,ella supo cuánto me había pasado y era su forma de recompensarme y alentarme.
Comprendí que éramos "almas gemelas" desde el mismo momento en que ella llegó al Centro, pero no sabía hasta que punto un alma libre como ella, era capaz de trasmitir tanta fuerza y tanta belleza.
En varias ocasiones han vanido al Centro personas enfermas y ella se comporta con una delicadeza especial.
Es algo mágico y miserioso.
Una vez vino al Centro un enfermo terminal.
Cuando estaba visitando a Libertad sus piernas se debilitan, y en ese momento se la estaban colocando sobre su mano enguantada.
Esta persona dijo sentir el poder y la fuerza especial que emanaba de Libertad y cómo sus piernas se fortalecían y volvía a sentir la energía suficiente para no caer de rodillas.
Hay muchas historias, pero me sería imposible contarlo en tan poco espacio.
Jamás olvidaré el honor de sentirma tan cercano a un espíritu libre tan magnificente como Libertad.
Jeff Guidry
Creo que esta historia hace que nuestros corazones se sientan más cerca de Dios, porque comprobamos que Su Amor existe en toda la Creación ... pero tenemos que saber verlo.
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Ya que estamos hablando de águilas, acá les traigo esto para completarlo y así conocer un poco más esta criatura del Reino Animal.
Espero les haya gustado. Un abrazo a todos y cada uno.
Divino Hortelia, me encantó todo lo que he visto de tu blog, ademas de un gusto el haberte conocido hoy en Florida!!!
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