jueves, 1 de noviembre de 2012

LA MARIPOSITA BLANCA.

LA MARIPOSITA BLANCA

Había una vez una mariposita que no estaba conforme con su color, pues era blanca y, aunque eso la distinguía de todas las demás, ella quería tener los colores y diseños que tenían las otras.
Algunas compañeritas se reían de ella al verla tan deslúcida, y ella se ponía muy triste por ello y, por más que preguntaba, nadie le sabía decir porqué no tenía colores y diseños en sus alitas.
Le preguntaba a las flores, que ella visitaba, si ellas le darían sus colores, pero eso era¡ imposible!.
Miraba al arco-iris, cuando éste salía luego de llover, llena de admiración por sus hermosos colores y, cada vez se entristecía más, hasta que un día dejó de visitar las flores, cosa que estas echaron de menos y, comentario va, , comentario viene, esto llegó a oídos de la Reina de las Hadas quien presurosa la fue a visitar.
Cuando llegó la vio muy triste y llorosa y esto le llenó el corazón de compasión y amor hacia ella, tan dulce, hermosa y sencilla .
Entonces, la Reina de las Hadas con voz muy dulce le dijo: Mariposita blanca, no estés triste y escucha lo que te vengo a contar: hace mucho, mucho tiempo, una antepasada tuya, también tuvo hermosos colores, pero ¿sabes?, se distinguía entre todas las demás por su dulzura y por el amor con que se dirigía a las flores, y éstas empezaron a distinguirla entre todas las otras y se convirtió en la preferida de los jardines y prados.
                                  
Entonces se enteraron las demás hadas, gnomos y duendes del bosque y decidieron que tuviera su propia identidad  y la forma de que así fuera, fue quitándole todos los colores; yo fui la encargada de hacerlo tocándola  con mi varita mágica y con la unión de todos los colores la convertí en una preciosa mariposita blanca, llena de candor y pureza, para que desde ese mismo momento reinara sobre todas las demás con su blancura  resplandeciente.
Así que como ves es muy hermosa tu historia y te debes de sentir orgullosa del color que tienes porque representa pureza, luz y alegría.

La Reina de las Hadas vio como la mariposita blanca se alegraba y empezaba a mover sus alitas para salir presurosa a visitar a sus amigas, las flores, que mucho la extrañaban, no sin antes agradecer a la Reina de las Hadas lo que le había contado.
Desde ese día mariposita blanca fue la más feliz y orgullosa de su color ya que le había sido dado como premio a sus méritos.


Sepamos aceptarnos como somos; la Madre Naturaleza es sabia al darnos a cada uno nuestra identidad.
Y …colorín colorado… este cuentito se ha acabado.

Un abrazo a todos y cada uno.



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