Señora Mariquita

Todas se pusieron de acuerdo para avisarle a la señora Mariquita lo que acontecía y fueron donde ella vivía con su cantidad de hijos y le dijeron:
- Señora Mariquita, hay un frondoso árbol que queremos mucho y necesita de su ayuda, se han apoderado de él unos pulgones dañinos que lo han enfermado y se encuentra muy triste, ¡pobrecito!; si no logramos combatirlos, nuestro querido árbol puede morir.
La señora Mariquita les contestó:

Así que guiados por las abejas llegaron donde estaba el árbol enfermo.
Éste, al ver a la señora Mariquita con su numerosa familia (todos de un rojo vivo), mucho se alegró; él sabía del servicio que estos prestaban como exterminadores de plagas.
La señora Mariquita lo saludó alegremente y le dijo:
- Querido árbol, pronto te vamos a librar de eso que te ha enfermado y volverás a lucir precioso como antes. Debes agradecer a tus amigas, las abejas, que nos fueron a contar lo que te está pasando, y a pedir que te ayudáramos. Lo hacemos encantadas, porque para eso estamos,para ayudar a quien nos necesita.
Así que todas aquellas diminutas bolitas rojas cubrieron el árbol y se pusieron a devorar los pulmones que lo enfermaron.
A medida que pasaba el tiempo, el árbol sentía el alivio de verse libre de quienes chupaban su savia.
Cuando la señora Mariquita y sus hijos devoraron el último pulgón, se despidieron del árbol que mucho les agradeció el servicio prestado, y, aquella hermosa familia volvió a su casa, feliz por todo el bien que habían hecho.
Moraleja: debemos hacer el bien con alegría en el corazón a quien nos necesite: un ser humano, un animal, una planta, un árbol. Demos amor sin mirar a quien.
Un abrazo a todos y cada uno.