GOLONDRINAS
Abuela Hortelia, luego de la ¡Feliz Primavera!, no les va a poner ningún versito, sino que les va a hablar de las infaltables GOLONDRINAS que nos visitan al llegar esta estación.
Dicen que vienen de lugares muy lejanos como Europa y África,( si miran el planisferio verán que lejos están), Tienen que atravesar mares y continentes para llegar hasta nosotros; ellas son aves que vienen en busca de calor y alimento.
Voy a escribirles un cuentito basándome en los datos que he recopilado
GOLONDRINAS
En América del Sur estaba llegando la Primavera, y de un lugar muy lejano ya habían partido miles de golondrinas en busca de calor.
Entre ellas venía una parejita-Lilí y Lalo- que mientras volaban dialogaban entre sí: -¡Vamos llegando a Uruguay, a ese paisito tan verde y tranquilo!- decía Lalo-.
-Tienes razón, le contesta Lilí, ¡Uruguay es tan hermoso!, y la ciudad que elegimos para vivir hasta que regresemos, ¡también lo es!, imagínate ¡llamarse Florida!, ¡qué bello nombre!.
Vamos en busca de aquella casona de 1906 donde nacieron nuestros hijos. ¿Te acuerdas que tuvimos que acostumbrarnos al sonido de las campanas de la catedral, ya que estábamos a la vuelta de la Plaza Asamblea donde ella estaba ubicada?.
¿Estará nuestro nido en el hueco del balcón entre las persianas?. Allí es un lugar muy seguro. Sé que los ancianos son incapaces de destrozarlo porque aman a los pájaros. -¿Te acuerdas cuando el pasado año los fuimos a visitar cuando recién llegamos?, nos paramos en los alambres
del parral frente a la puerta que da al patio; cuando la anciana nos descubrió ¡casi enloquece de alegría!, enseguida fue a buscar su cámara para fotografiarnos, ja ja ja.
Lilí y Lalo siguieron volando, volando y, un buen día llegaron al balcón donde estaba el nido que ellos habían dejado el año anterior.
Lo arreglaron algo poniéndole más pasto seco, y después muy contentas salieron a recorrer la ciudad y de paso alimentarse con las moscas, mosquitos y tábanos que encontraban en el aire.
Mientras volaban fueron reconocidas por su plumaje negro-azulado arriba, que se extiende por su larga cola, y por su pecho blanco.Un grupo de niños que jugaban en la plaza cercana, señalándolas decían: - ¡llegaron las golondrinas!, ¡llegaron las golondrinas!, Lalo y Lilí oyéndolos, más piruetas hacían en el aire a gran velocidad mientras cantaban con su canto dulce y agradable y se devoraban los insectos.
Así que esta preciosa parejita esa noche durmió feliz de encontrarse de nuevo en Florida.
Pasaron los días y Lilí empezó a poner huevitos para formar una nueva familia; puso cinco, Luego de veinte días nacieron los preciosos pichoncitos hembras y machos.
Lalo y Lilí no paraban de acarrear comida para sus hambrientos retoños, ellos siempre estaba con el pico abierto esperando que papá y mamá les dieran de comer.
Por suerte que en la casa de los ancianos ni en las cercanías habían gatos que pudieran comerse a los pichones, y al estar en plena ciudad tampoco habían búhos.
Luego de pasar más de veinte días, Lilí y Lalo vieron partir a sus hijos,aunque en los primeros días al atardecer, volvían a dormir con sus padres,un día ya no volvieron más; ellos también se fueron a encontrar pareja y a formar su propia familia.
Lilí y Lalo quedaron solos nuevamente, libres de volar como jugando, hasta que formaran una nueva familia, que también los abandonarán como lo hicieron ellos con sus padres.
Como ha pasado el tiempo, cuando quieran acordar tienen que pensar en volver al lugar de donde vinieron, pero en sus diálogos siempre están presente volver al balcón de los ancianos donde tan felices fueron.
Y colorín colorado... este cuentito se ha acabado.
